Valparaíso, Chile

Uno de los destinos más deseados por Mads era conocer Valparaíso. Una de las razones era por la canción que Sting le ha dedicado a esta ciudad. Otra, porque quien no sepa algo de esta ciudad de Chile es porque en realidad no tiene idea del mundo.

El inicio de nuestra travesía por Valparaíso fue, por decirlo, caótica. Porque a Mads se le perdió su tarjeta de crédito y, por ende, yo debía auspiciarlo. Pago los pasajes, llegamos al puerto y oh! sorpresa!!! mi tarjeta del cajero no funciona en un Redbanc. Ni tampoco en los siguientes cuatro. No tenía dinero, sólo $ 20.000 para dos días y con los cuales debía pagar un hostel de $ 12.000.


Luego de sentirme pobre, y de sentirnos pobres por varias horas, finalmente un cajero soltó dinero. Gracias!!


Alojados en Cerro Alegre, pudimos vivir Valparaíso como se debe: desde los cerros. Muy buen fin de semana, incluido una pasada por el casino de Viña del Mar, y también varias subidas en ascensores por los cerros. Ah, y el infaltable paseo en lancha por la bahía de Valparaíso.

Sewell, VI Region

Durante mis breves vacaciones donde además las hice de guía turístico a mi amiga Nury, la chica de México que algunos les comenté que vendría, no sólo anduvimos por Santiago y un buen año nuevo en Viña del Mar y Valparaíso, sino también a uno de los recursos turísticos más famosos y bonitos de la zona central: Sewell.

Este campamento minero de la Sexta Región no sólo es Patrimonio de la Humanidad y uno de los pocos o casi nulos campamentos mineros en una cordillera que existen en el mundo. El bonus que tiene es que está posado en lo más alto de Los Andes y construido sobre la mina bajo tierra mas grande del mundo: El Teniente, la cual también se puede visitar.
Vamos por partes. Sewell es precioso. Sus edificios coloridos, los cuales deben verse mejor aún en invierno con la nieve por sus pasillos, son un oasis en medio de tanta montaña. Y no solo eso, sino además es un museo al aire libre que nos muestra como vivían hace 80 años.
Recorrer sus escalas-calles y no sentir cómo corrían los niños medio siglo atrás es imposible.
Ahora, la segunda parte, la mina El Teniente, es lo mejor: meterse casi un kilómetro al interior de la montaña, bajo tierra, y ver esa enorme ciudad.
Y lo más apasionante, y altamente recomendable, es hacer el tour, con equipamiento de minero y todo, y conocer la caverna de los cristales de 4,5 millones de años. Y hasta les pueden regalar uno.
Si pueden, vayan a Sewell. Es fácil llegar, en metrotren desde Santiago hasta Rancagua, y de ahi en una van a la mina. Disfrutenlo y firmen re lindo!

Algarrobo Wild On

Esta entrada está dedicada al increíble fin de semana que acaba de pasar. Nada más ni nada menos que el Club de Toby, que ya se ha transformado en toda una tradición, donde durante dos días no se puede pasar mejor.

En esta oportunidad 35 seres de sexo masculino tomamos nuestros autos y partimos hacia Algarrobo, la casa del guatón López. Según Pancho no era el mejor lugar, pero estaba equivocado: una casa hecha para acoger a tanta gente (20 camas, y donde caben 20, caben 35); con su buen lugar para el parrilleo y a solo 3 pasos de la playa y una playa bien poco concurrida en Algarrobo Norte, por ende, podíamos hacer el escándalo pertinente sin necesidad de molestar a los vecinos. Igualmente llegaron los señores de verde, pero al ver tan hueveo y en buena onda, decidieron irse sin antes advertirnos que si seguíamos haciendo escándalo, ibamos a terminar el asado en un calabozo. Menos mal que no vieron que para hacer una fogata playera ocupamos un banquito de madera. Dicen que con copete se ponen a hacer desmanes... dicen.

Sólo me queda decir que ojalá esta tradición se repita y que ojalá el próximo organizador lo haga igualmente bien, porque este año el toby se consolidó como EL paseo de fin de año.

tobys, ya saben de donde descargar las fotos.

Marbella

Fotos arriba (del cielo en parapente, no de la pelota)

Santo Domingo

Este blog es, como dice su nombre, para mostrar también lugares de Chile. El primero Santo Domingo, en la Quinta Región. No hay mejor febrero que el que se pasa en Santo Domingo.. todos están ahí y es una buena forma terapeutica de ir acostumbrándose al retorno tortuoso.

Pero también tiene una cara amable y tranquila, en primavera, donde puedes leerte un buen libro en la playa y nadie te molestará (solo el maldito viento)